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domingo, 15 de abril de 2012

A pique.

Coincidiendo con el centenario del hundimiento del Titanic, estoy dándome cuenta de que vamos a acabar igual. El Titanic salió de Southampton creyéndose perfecto, a prueba de cualquier percance que pudiera sucederle: era insumergible. Su estructura del casco con mamparos estancos impediría que el agua pudiera inundarlo por completo. No contaron con el iceberg que cortó el casco como si fuera mantequilla. 

Al final, lo que ha quedado en la memoria de la gente ha sido la orquesta tocando en cubierta mientras el barco se hundía y los que no estaban en los botes sabían que iban a morir ahogados o congelados.

Aquí tenemos al capitán Rajoy que cree que el Estado de las Autonomías es perfecto. Sirvió para contentar a los nacionalistas en el período de la Transición, con la idea de que cada uno de los "mamparos" autonómicos contuviera la estupidez de sus dirigentes y el barco nacional no se fuera al fondo.

Años más tarde Aznar, en un alarde de "progresismo" o para intentar sacudirse el complejo que siempre ha tenido la derecha española, hizo las transferencias de Sanidad y Educación a las Autonomías. Como resultado, los pacientes tienen que hacer papeleos cuando enferman en su lugar de vacaciones porque claro, la Comunidad A no tiene por qué pagar el coste de la atención sanitaria a los "extranjeros" de la Comunidad B.

¡Y qué decir de la Educación! Cada Comunidad Autónoma enseña su historia particular, en muchas ocasiones tendenciosa y beligerante contra las demás, cuando no incitando a la autodeterminación y al ensalzamiento de bárbaros y filo-nazis nacionalistas.

Pero ya desde hace tiempo todos los mamparos autonómicos han cedido y la estupidez que empezó siendo patrimonio de Catalanes y Vascos se ha contagiado a los Valencianos, Gallegos, etc...Todos tienen sus televisiones, sus embajadas en otros paises, sus consejerías paralelas a los ministerios centrales. Como resultado, tenemos un gasto desorbitado, un montón de paniaguados y amiguetes de los políticos viviendo del cuento y sin dar un palo al agua.

Y frente a esta situación, al capitán Rajoy sólo se le ocurre sacar la orquesta a cubierta a "tocar" la sinfonía de unos Presupuestos Generales del Estado en los que no hay ni una sola mención a recortes de competencias de las autonomías o a eliminación de Televisiones Autonómicas, que es lo más prescindible y en lo que más dinero se despilfarra.

Los políticos no tienen por qué preocuparse: están en el bote salvavidas con su sueldo, dietas y beneficios fiscales. Mientras, la orquesta toca y los españolitos nos intentamos mantener a flote mientras vemos como el Titanic se hunde...

jueves, 5 de abril de 2012

Nos ponemos morenos

MORENOS - 4 de Abril de 2012 - María (7 años)
Yo: Chicos, mañana nos vamos a comer a la hamburguesería nueva del barrio.
María: ¡Bien! ¡Nos vamos a poner morenos!
Yo: ¿Morenos? ¡Morados!


lunes, 2 de abril de 2012

Ayer comencé el mes de Abril pedaleando por Manzanares el Real y la Pedriza situada entre este pueblo y Soto del Real (antes Cabañas de la Sierra). Salí prontito con la esperanza de ver "La Grieta", una hendidura en el suelo de la Pedriza de 100 metros de largo y 15 de alto (algo así). Llegué tan contento a Colmenar y desde allí rodé por el camino que lleva hasta Manzanares el Real. Al llegar al pantano hay una carretera cortada al tráfico rodado que lo bordea. Es utilizada sobre todo por los pescadores para llegar a sus puestos de pesca y por paseantes varios. Me metí por esta carretera (por la que nunca había pasado) y contemplé una vista diferente de Manzanares, con el castillo de los Mendoza y el Yelmo al fondo.
Castillo de Manzanares y el Yelmo.
Después de recorrer la carreterita, que tendrá 1 km. de largo, volví sobre mis pasos y me dirigí en busca de La Grieta, así que salí a la carretera de Manzanares a Soto y a medio camino aproximadamente tomé un camino que salía a la izquierda. Era el camino por el que íbamos hace muuuchos años a Las Cabañas. El camino ha mejorado bastante, aunque yo recordaba que alguna vez que fui en una bici roñosa sin cambio de marchas, me había costado menos la subida. Será cosa de los años.

Seguí adelante hasta un pequeño parking en el que había tres coches. Allí pregunté a una pareja de excursionistas por La Grieta y me dijeron que estaba allí mismo, pero que había que ir andando, en bici era imposible. Como llevaba mis zapatillas de bici, que no son lo más adecuado para andar por piedras, decidí que ya vería la grieta otro día que viniera con los niños, y seguí las indicaciones de los amables excursionistas que me señalaron un camino que llevaba a una especie de circo muy bonito. Seguí por el camino, y realmente el sitio merecía la pena. Al lado del camino había una casa con colmenas, y otra al fondo que me imagino que se dedicaría a lo mismo. El acceso hasta estas casas sólo era posible a patita o en burro (en bici también, pero con cuidado). Saqué unas fotos y vuelta sobre mis pasos.
Mirando hacia atrás se ve el camino y la casa a la izquierda.
El camino sigue adentrándose. No sé hasta donde llega.
En vez de volver camino abajo hacia la carretera cogí un desvío distinto que me dejaba también en la carretera, pero más cerca de Soto. Una vez en la carretera, ya sólo faltaba llegar a Madrid. Llegué bastante cansado, pero mereció la pena.